27 septiembre, 2010

BEDEVILLED


El slasher surcoreano Bedevilled, del director debutante Jang Cheol-soo, llegará a Sitges tras la excelente acogida que tuvo en el pasado Festival de Cannes.

Hae-won es una joven y bella mujer que trabaja en un Banco de Seúl. Tras una mala experiencia decide regresar a Moodo, la isla en la que se crió junto a sus abuelos. Allí se encuentra con Bok-nam, una amiga de la infancia a la que prometió, años atrás, llevar con ella a Seúl.
Bok-nam está casada y sufre los constantes abusos y palizas de su marido y su cuñado. Y lo peor de todo es que la toda la comunidad de Moodo parece conocer la situación que sufre Bok-nam y consiente lo que está ocurriendo.
Ante el miedo de que su joven hija siga su mismo camino de sufrimiento, Bok-nam le implora a Hae-won que se la lleve a ella y a su hija a Seúl. Pero Hae-won se desentiende del asunto y vuelve a abandonar a su amiga en la isla.
Cuando la tragedia se cierna definitivamente sobre Bok-nam, sus irrefrenables ansias de venganza darán lugar a un auténtico baño de sangre.

Bedevilled es un slasher con una gran carga dramática que por lo visto, en su tramo final, deviene un espectáculo gore de primer orden. Interesante propuesta…


HALLOWEEN BEFORE CHRISTMAS




Hacemos un alto en el camino del Festival de Sitges para presentaros el nuevo cortometraje del director (y buen amigo de este blog) Rafa Martínez, quien ya nos deleitara con su anterior Zombies & Cigarettes, ganadora del premio del público en el Shots Festival del pasado año.

En esta ocasión se trata de Halloween before Christmas, un cuento perverso en el que el sueño recurrente de su protagonista el día de nochebuena acabará convirtiéndose en auténtica y terrorífica pesadilla.

Según palabras del propio Rafa, Halloween before Christmas supone “mi pequeño homenaje a Cuentos asombrosos, gran culpable de que hoy sea pobre y me quiera dedicar a esto del cine…”.

Y mientras Rafa Martínez se encuentra inmerso en el proceso de mover y promocionar Halloween before Christmas, nos anuncia un nuevo proyecto que implicaría su salto definitivo al largometraje. Estamos verdaderamente ansiosos por tener más noticias al respecto.

LESLIE, MY NAME IS DEVIL



Situémonos en los años 60 en los EEUU. Una época fascinante por sus contradicciones, movimientos políticos (Vietnam), sociales (Hippies y su amor libre), culturales (la maravillosa Generación Beat), el aumento brutal de la tasa de divorcios, el asesinato de JFK y, como no, Charles Manson y su secta de pirados adoradores de Satan, los Beatles y la cruz gamada. La verdad es que me parece muy raro que nunca nadie haya hecho una película antes, como esta quiero decir, y haya tenido que venir un director Canadiense (Reginald Harkema) a intentarlo. De todas formas, aquí el protagonista no es Manson (aunque también), sino una de sus más fervientes acólitas: Leslie Louise Van Houten

Leslie (KRISTEN HAGER) nacio en el seno de una familia de clase media junto a otras 2 hermanas, y desde pequeña fue testigo de las tremendas broncas entre sus padres; y como suele pasar, a la niña le dio por ser rebelde y acabo abortando con 15 años tras liarse con un beatnick puestos de ácido hasta las patas. Y a pesar de que tenía todo lo que una adolescente yanqui podría desear: Reina del Baile y Cheerleader, se ve obligada a abandonar el seno materno en busca del amor y la espitualidad. Es en ese punto cuando se cruza en su camino la “Iglesia” de Charles Manson, y pasa de ser un chica confundida a ser una fanática total que, a pesar de no participar directamente en los crímenes, fue una de las más conocidas defensoras de las locuras de Manson. Cuando veais el trailer os dareis cuenta de que uno de los aspectos más interesantes y prometedores aspectos de la película pueden ser la excelente ambientación de la época.

Hay que comentar una cosilla: el director JOHN WATERS (maestro del escandalo, la grosería y la provocación) y la propia Leslie van Houten han hecho todo lo posible para que la película no se estrenase por considerarla una falacia. A mi personalmente me suena a una de dos, rabieta o publicidad gratuita.

LA OTRA HIJA



Una nueva competidora en la Selección Oficial del Festival de Sitges. Ivana Baquero (la niña de El Laberinto del Fauno) y Kevin Costner (nunca estuvo mejor que en Un Mundo Perfecto, de Clint Eastwood), protagonizan La Otra Hija (The New Daugther), thriller sobrenatural escrito y dirigida por Luis Berdejo, guionista de REC y de su remake estadounidense Quarantine, basado en una novela del famoso escritor irlandés John Conolly.

John James (Kevin Costner) es un novelista de éxito recientemente divorciado que decide trasladarse a una apartada casa de Carolina del Sur con sus dos hijos, Sam (Gattlin Griffith) y Louisa (Ivana Baquero), una joven en plena adolescencia nada conforme con vivir lejos de la ciudad. Pronto, la familia comienza a escuchar unos extraños sonidos durante la noche que parecen estar relacionados con un antiguo túmulo funerario ubicado en los límites de su propiedad. Según pasan los días, Louisa se siente cada vez más atraída hacia el túmulo, lo que coincide con un cambio en su comportamiento que parece estar convirtiéndola en otra persona…

Tras su paso por el Festival de Sitges, La Otra Hija se estrenará en las salas de cine españolas el próximo 15 de Octubre.


BRUTAL RELAX


Tres cortometrajistas (no sé si existe el término…) de pro unen sus fuerzas en Brutal Relax con el objetivo de dejar huella en el Festival de Sitges 2010.
El cortometraje está dirigido por Rafa Dengrá, Adrián Cardona y David Muñoz, tres directores que llevan ya una década dirigiendo y produciendo cortos de fantástico y coincidiendo en todos los festivales de género. Hartos de que a los cortos de fantástico y horror se les haga tan poco caso en España, reunidos en el pasado Festival de Sitges mientras competían en la sección Brigadoon, en la que sus cortos quedaron como los tres finalistas, decidieron unir talentos y realizar un corto mucho más salvaje, demencial y con mejor factura de lo que nunca habían hecho. Juntando esfuerzos y ahorros, lo han hecho con Brutal Relax, un corto gore, lleno de monstruos psicóticos, ultraviolencia y muchas risas que esperan haga las delicias de cualquier aficionado al género.

El cortometraje narra el viaje de Olivares, un peligroso desequilibrado mental que busca la calma y la recuperación en las paradisíacas y tranquilas playas de Ibiza. El resurgir de una ancestral raza de demonios marinos truncará sus expectativas.

No han llegado a tiempo para realizar el trailer antes de que el cortometraje se exhiba en Sitges, así que para descubrirlo habrá que estar muy atento a todas las sesiones del Festival y esperar a tener la fortuna de toparnos con este prometedor Brutal Relax.

INSIDIOUS


James Wan vuelve a contar con la colaboración de Leigh Whannel (ambos co-escribieron el guión del primer Saw y Wan lo dirigió) para llevar a cabo su última película, Insidious, un thriller paranormal que muchos ya se han atrevido a comparar con el Poletergeist de Tobe Hooper/Spielberg, y que podremos ver en la sección Panorama del Festival de Sitges 2010.

Insidious cuenta la historia de una familia que se acaba de mudar a una antigua casa para comenzar una nueva vida. Al poco tiempo, uno de los hijos es víctima de un accidente que lo deja en un estado de coma. La joven familia descubrirá que el cuerpo de su hijo se ha convertido en un imán para las entidades malévolas, mientras su conciencia se halla atrapada en un oscuro mundo conocido como “The Further”.

Las primeras comentarios surgidos en la red acerca de Insidious están siendo muy favorables con la pelíucla de Wan. Personalmente me conformaría con que estuviera a la altura de su recomendable Silencio desde el mal (2007).

PENANCE (Que dejen tranquila a la pobre chica...)

Título original: Penance
Nacionalidad: USA Año: 2009
Director: Jake Kennedy
Guión: Jake Kennedy
Intérpretes: Marieh Delfino, Graham McTavish, Alice Amter




Penance deja un amargo sabor a oportunidad perdida…
La nueva propuesta de terror independiente del director británico Jake Kennedy (Days of Darkness, Blood Drive II) comete el grave error de quedarse a medio camino de todos aquellos lugares a los que parece dirigirse.
Pero vayamos por partes.

Amelia es una joven madre soltera cuya hija de diez años, Asher, sufre una complicada enfermedad degenerativa. No dispone de un seguro médico en condiciones y necesita dinero para afrontar el tratamiento de Asher. Su primera opción es participar en un reality show televisivo cuyo premio final está valorado en 20.000 dólares.

Una segunda opción, mucho más directa, es la de ejercer de stripper, asesorada por su mejor amiga –stripper de profesión-, y acudir de fiesta en fiesta dispuesta a mostrar sus encantos naturales a todo aquel que pague por disfrutarlos.
Cuando un día ocupe el lugar de su amiga, que acaba de recibir una paliza a manos de uno de sus clientes, para llevar a cabo un trabajo aparentemente sencillo y bien remunerado, dará inicio una auténtica pesadilla para Amelia.

Curiosamente Penance funciona mucho mejor como melodrama indie en sus 20 minutos iniciales que como película de horror durante el resto de su metraje; lo cual no deja de ser una mala señal acerca de lo que nos espera.

El arranque de Penance es prometedor. La propia Amelia nos cuenta, mirando a cámara (su novio la graba constantemente para enviar un video de presentación al casting de un reality show), los pormenores de su vida. Su labor como asistenta social. El grave problema de salud que sufre su hija. Su acuciante necesidad de dinero para poder tratarla. La necesidad como único motivo que le empuja a desnudarse frente a una jauría de universitarios en celo.
La película se toma su tiempo en presentarnos a un personaje sólido, creíble, con el que resulta fácil identificarnos. Y esto el espectador lo agradece. No es un hecho habitual en este tipo de producciones. El resultado final de este magnífico inicio es que Amelia nos importa, y estamos dispuestos a compartir con ella la que promete ser una larga travesía de dolor y sufrimiento. Primer objetivo cumplido.

Durante estos 20 minutos iniciales incluso el ya sobreexplotado recurso de la cámara en mano y el formato de falso documental, aparecen justificados de manera, más o menos, aceptable.

Pero todo este esfuerzo, encomiable, en la presentación del personaje principal, se evapora desde el preciso instante en el que Amelia se cruza en el camino de un psicópata mesiánico, con amplios conocimientos quirúrgicos, dispuesto a purificar el alma corrupta de toda stripper que caiga en sus redes.

¿Recordáis esa larga travesía de dolor y sufrimiento que estábamos dispuestos a realizar junto a Amelia? Pues olvidaos del tema.
Amelia, junto a un puñado de strippers, es encerrada en un hospital abandonado y sometida a una serie de tormentos que pondrán a prueba la pureza de su alma. La cosa suena mucho más grave de lo que finalmente acaba siendo.

Amelia sufre, lleva fatal su encierro y el hecho de no poder ver a su hija, grita,… Cuando se da cuenta de que la puerta de su habitación/celda está abierta, toma la estupidísima decisión de recorrer cada palmo del centro en el que está recluida, mientras lo graba todo con una cámara de vídeo que no sabemos de donde demonios ha salido (despedíos de la justificación de la cámara en mano… a partir de ahora las cámaras digitales crecen en todos los rincones del hospital como si fueran malas hierbas), en lugar de escapar de aquel lugar como alma a la que persigue el mismísimo diablo.

Todo se vuelve monótono, repetitivo y algo cansino. Amelia corretea de un lugar a otro sin demasiado sentido y agitando la cámara sin parar. Da la sensación de que Jack Kennedy no sabe qué leches hacer con su historia, hacia dónde dirigirla. Le ocurre lo mismo que a su protagonista: se encuentra encerrado en un callejón sin salida del que no sabe cómo escapar. Y es entonces cuando tiene la sensacional idea de que ha llegado el momento de apelar a la resistencia estomacal del espectador.

Dos. Dos son las secuencias desagradables a las que tendremos que enfrentarnos en Penance. Ambas cortadas por un mismo patrón: la obsesión del psicópata por los órganos genitales.
Aquellos que esperaban encontrar en Penance un digno – y pringoso – ejemplo de torture porn, deberán conformarse con este par de secuencias mencionadas. Sospecho que un bagaje muy insuficiente para los amantes de las emociones fuertes y los excesos de hemoglobina. Como torture porn, definitivamente, Penance se queda corta.

Por otro lado, el psicópata de la función, un tipo siempre preocupado por la pureza espiritual y la purgación del pecado, tiene un par de salidas, presuntamente humorísticas, que echan por tierra su personaje.

Y por si todo esto fuera poco, nos meten con calzador uno de esos inoportunos cartelitos al final de la película informándonos que el dichoso psicópata está basado en hechos reales: un ginecólogo australiano que abusó de no recuerdo cuántas de sus pacientes…, poco tiene que ver esto con lo que nos cuenta la película.

Penance no funciona. Por muy bien que nos caiga su protagonista principal, no funciona. Es una película que brilla más por sus intenciones que por sus resultados. Lástima.

QUIJOTE Z



¿Pudo existir realmente una obra previa a aquella primera parte del Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha que Miguel de Cervantes Saavedra llevó a la imprenta en el año 1605? ¿Y es verdaderamente posible que en ella se presentase al hidalgo como “un hombre tan obsesionado por las historias de zombis y de zombificados que se contaban en las tierras donde habitaba, que decidió hacerse nada menos que perseguidor de no-muertos, a la manera que se explicaba en dichos libros”, tal y como se afirma categóricamente en algunos cenáculos literarios? ¿Y quién era el tal Házael G. González, que firmó dicho texto atribuyéndolo a Cervantes pero afirmando que lo que ese escritor publicó finalmente fue una versión modificada y muy suavizada (en la que don Quijote ya no quería ser matador de no-muertos, sino caballero andante) de aquel primer texto original? ¿Y qué hay de cierto en las fragmentarias historias, consideradas por muchos apócrifas, que narran encuentros entre el mismo Cervantes y los muertos que andan, justificando así la temprana afición del insigne escritor por ese género?
Por primera vez en lengua castellana, se presenta en su forma íntegra y completa el texto conocido comúnmente como Quijote Z, tal y como el misterioso Házael G. González lo dejó compuesto, a lo cual se añade un relato de la aventura cervantina en Lepanto contra los zombificados, de autoría apócrifa, y pulido y adecuado al lenguaje de nuestros días por el profesor Gualberto G. Álvarez, catedrático de la asturiana Universidad de Cerredo y especialista en zombis y demás especies de no-muertos que ha habido a lo largo de la Historia.
FICHA TECNICA:

Formato-> Rústica con solapas
Editorial-> Editorial Dolmen
paginas-> 342 páginas

Diario de un Zombie (libro)



Diario de un Zombi nos transporta a un mundo enterrado bajo las cenizas de la devastación, barrido por una pandemia de proporciones delirantes, donde el ser humano se ha extinguido casi por completo. Pero lo que hace diferente a esta historia es que los hechos están narrados desde una perspectiva muy peculiar. No en vano, el protagonista es un zombi, que por causas, de momento, desconocidas, conservó su conciencia después de su transformación.


Tras unos primeros capítulos en los que se presenta al personaje, se empieza a desarrollar una historia de redención, de valores humanos y, sobre todo, de una insólita amistad, cuando el comportamiento frío, cínico e insociable de Erico, el protagonista, va cambiando asombrosamente después de conocer a una solitaria y misteriosa niña superviviente de 8 años de edad.


Poco a poco, y a lo largo de una épica aventura juntos, Erico conseguirá conectar de nuevo con su lado más humano, recobrando aquellos recuerdos y sentimientos que no experimentaba desde los tiempos en los que la sangre corría con lozanía por sus venas.


Diario de un zombi, ambientada gran parte en una Barcelona post-apocalíptica, ofrece al lector una agradable lectura que arrancará sonrisas y lágrimas por igual. Prepárate para redescubrir el género como jamás hubieses imaginado.
FICHA TECNICA:

Paginas-> 292 páginas
Formato-> Rústico con solapas
Editorial-> Serie Z de Dolmen

American Zombie (Libro)




American Zombie es una original e hilarante mirada directa hacia el horror escrita por Miguel Barqueros y publicada por Grupo Ajec.


MAS INFO

Muchas décadas después de los sucesos narrados por el cronista de Providence, H. P. Lovecraft, un terror de origen desconocido vuelve a sacudir las entrañas de Nueva Inglaterra. Aunque esta vez todo apunta a que los Primigenios no han tenido nada que ver en el asunto.

Una ola de violencia, barbarie y canibalismo comienza a extenderse por amplias zonas rurales, obligando a las autoridades a declarar el estado de sitio. La guardia nacional pronto entrará en juego. Entretanto, los medios de comunicación situados en primera línea de combate serán testigos de la locura más salvaje y putrefacta. Gracias a ellos contemplarás las primeras imágenes de un Dunwich asolado por las llamas, un Nueva York bombardeado con napalm o leerás un reportaje sobre espectáculos porno protagonizados por humanos y zombies.

Una original e hilarante mirada directa hacia el horror.

FICHA TECNICA:

Formato-> Rústica con solapas
Editorial-->-> Grupo Ajec
paginas-->-> 192 páginas

22 septiembre, 2010

LA HORDE (Sangre, sudor... y zombis)

TITULO ORIGINAL: LA HORDE
NACIONALIDAD: FRANCIA AÑO: 2009
DIRECTOR: YANNICK DAHAN Y BENJAMIN ROCHER
GUION: YANNICK DAHAN, BENJAMIN ROCHER Y ARNAUD BORDAS
INTERPRETES: CLAUDE PERRON, JEAN-PIERRE MARTINS, ERIQ EBOUANEY




La propuesta era, sobre el papel, de lo más apetecible. Un par de directores jóvenes, motivados, y con nombres y apellidos franceses (importante… o no). Un argumento que se anunciaba como un cruce entre La Jungla de Cristal (cumbre de la acción ochentera con un Bruce Willis en camiseta imperio y en plena forma, yipi-ti-yak) y el subgénero zombi. Y unas primeras imágenes y un trailer que a muchos nos hizo relamernos de placer pensando en lo que nos podía deparar La Horde, sin duda una de las producciones más esperadas del año… al menos en cuanto a los aficionados a los muertos vivientes se refiere. Veamos en qué ha quedado todo.

Por un lado tenemos a un grupo de peligrosos delincuentes. Por el otro, una partida de policías con cuentas pendientes y ansias de venganza. El campo de batalla, un viejo y destartalado edificio situado a las afueras de la ciudad. Pero el destino les depara una desagradable sorpresa a nuestros protagonistas. Cuando una horda incontrolada de violentos – y hambrientos – zombis irrumpa en el edificio, se verán obligados a unir sus fuerzas si desean sobrevivir.

Eso es todo lo que tiene para ofrecernos La Horde. Ni más… ni menos. El argumento de La Horde se fundamente en una anécdota. Un pequeño lugar en el espacio/tiempo dentro de un Apocalipsis Zombi del que, pese a que la película no se esfuerza en explicarnos absolutamente nada acerca de él, todos conocemos sus motivos y sus consecuencias a la perfección. ¿De dónde salen los zombis? ¿Por qué los muertos han regresado y se están comiendo a los vivos? Quizás algunos de vosotros se plantee este tipo de cuestiones; a La Horde, sencillamente, no le interesan.

Cómo espectadores y aficionados al género terrorífico, tenemos la experiencia y el bagaje suficiente para retroalimentarnos, para obtener nuestras propias respuestas. Un virus, una catástrofe medioambiental, el experiemento fallido de un gobierno en horas bajas o una sonda extraterrestre… que más da. La Horde se salta este paso previo y se centra en lo único que realmente le interesa: DELINCUENTES, POLICIAS, ACCIÓN Y ZOMBIS. Así, en mayúsculas. Y todo lo demás resulta superfluo, prescindible.

En realidad La Horde no es más que un efectivo ejercicio de género que combina una serie de elementos propios del cine de acción con el subgénero zombi. ¿Los ingredientes? Disparos, violencia, sangre, conflictos entre personajes, luchas cuerpo a cuerpo, humor negro… Aunque, desde luego, no todos estos ingredientes funcionan a un mismo nivel.

Gran parte de la violencia exhibida por La Horde cumple de sobras con su cometido. Hay secuencias espectaculares y brutales (en ocasiones rozando la caricatura) en las que los zombis suelen llevarse la peor parte. Violencia contundente, estética y generosa en hemoglobina, lo que nos viene a recordar que las cabezas pensantes detrás de La Horde son franceses.

Y todavía nos queda pendiente el gran problema potencial de La Horde: ¿Qué hacer con los tiempo muertos? ¿Que será de La Horde cuando la violencia, la acción o los zombis no sean los protagonistas absolutos de la función? Pues incluso en este caso Yannick Dahan y Benjamin Rocher demuestran ser unos tipos hábiles, sacando a un conejo de la chistera en forma de veterano de guerra que se cree inmerso en plena contienda de Indochina y para el que los zombis no son más que soldados chinos a los que hay que eliminar en aras a defender la patria (vive le France!!!). Un personaje impagable que, por momentos, se come al resto de protagonistas de La Horde (enzarzados, por otro lado, en molestos y cansinos conflictos morales). Un tipo para recordar… (atención a la secuencia en la que pretende “curar” a uno de los delincuentes que ha sido mordido por un zombi en una pierna).

Pero no nos engañemos. La Horde no ha hecho temblar los cimientos del subgénero. No ha sido la revolución que quizás algunos vaticinamos, o al menos mantuvimos viva la esperanza de que así fuera. Y obviamente queda lejos de clásicos modernos del subgénero como pueden ser “28 semanas después” o “El Amanecer de los Muertos” (aunque quizás pedirle un nivel similar a dos directores nóveles no fuera justo por nuestra parte… por muy franceses que sean).

Pese a todo La Horde me pareció una película entretenida, correcta en sus niveles de violencia (aunque en este ámbito no esté a la altura de recientes muestras del cine de horror francés), con un atractivo acabado visual, unos zombis muy logrados, con altibajos en la trama (los conflictos entre policias y criminales o entre miembros de un mismo grupo, nunca llegaron a despertar mi interés), y con uno de esos finales que no suele congregar a demasiados adeptos.

Recomendada. Es muy posible que se encuentre por encima de la media en cuanto a lo que viene ofrenciéndonos, en términos generales, el subgénero zombi en los últimos años; pero cuidado con ser demasiado exigentes con La Horde.

A HORRIBLE WAY TO DIE (La venganza del novio despechado)



Adam Wingard, director de Pop Skull, presentará en el próximo Festival Internacional de Cine de Toronto – TIFF su nuevo proyecto, A Horrible Way to Dead, un thriller independiente que cuenta la historia Sarah, una joven que decide emprender una nueva vida después de que su última relación amorosa finalizara con su novio Garrik condenado a cadena perpetua por cometer un terrible asesinato. Por lo visto una declaración de la propia Sarah fue decisiva para que su novio diera con sus huesos en prisión.

Sarah se ha trasladado a un nuevo pueblo, tiene una nueva identidad y una nueva oportunidad para ser feliz.

Pero lamentablemente, y como suele ser habitual en estas ocasiones, el pasado le pasará factura. Garrik escapa de prisión y descubre el lugar donde Sarah se oculta, iniciando un viaje por todo el país que dejará un horrible rastro de violencia.


ZOMBIES OF MASS DESTRUCTION (Muertos vivientes con ideologia politica)

TITULO ORIGINAL: ZOMBIES OF MASS DESTRUCTION
NACIONALIDAD: USA AÑO: 2009
DIRECTOR: KEVIN HAMEDANI
GUION: KEVIN HAMEDANI Y RAMON ISAO
INTERPRETES: JANETTE ARMAND, DOUGH FALL, COOPER HOPKINS, JAMES MESHER, CORNELIA MOORE




Zombies of Mass Destruction es otra película más de zombies que mezcla con desigual fortuna el terror y el humor. Esto no significa que sea una película fallida, pero sí un ejemplo de lo complicado de que esta unión de géneros funcione. De mayores ambiciones que Zombieland en cuanto a concepción, desde mi punto de vista no llega a la altura de Shaun of the Dead, que quizás sea la más equilibrada de las tres en cuanto al resultado final.

Zombies of Mass Destruction se presenta como un interesante fresco de la sociedad americana contemporánea y, como buena investigación sociológica, coge un segmento representativo de la muestra. Se centra en Port Gamble, comunidad reducida, y dentro de la misma, en una serie de personajes con su historia particular. Sin duda, una de las grandes bazas de la película son sus personajes y sus actores, caracteres bien definidos y dibujados, con una buena historia que contar, y bien interpretados. Cada uno de ellos representa un tema candente de dicha sociedad.

1. Política: el alcalde Burton (James Mesher), republicano, que siguiendo el espíritu más puro del sueño americano sale a la calle a hacer campaña entre sus vecinos, pidiendo el voto para su reelección. Así, se entera de primera mano que Cheryl Banks (Cornelia Moore), maestra de la escuela local y de ideología demócrata, va a ser su rival.
2. Religión: El reverendo Haggis (Bill Johns), como todo buen sacerdote contemporáneo, está escandalizado porque cada vez menos parroquianos acuden a oír sus sermones.
3. Racismo: La iraní Fridda (Janette Armand), acaba de volver de Princeton, después de conseguir escapar de Port Gamble, y se incorpora al trabajo con su padre Ali (Ali Hamedani) en el bar. Para el resto de sus vecinos, siempre será la vecina “irakí”. A nivel personal, Fridda, nacida en Estados Unidos, tiene un problema de identidad: rechaza y sigue, a partes iguales, sus raíces.
4. Homosexualidad: Tom (Dough Fall) se ha decidido por fin a presentar a su novio a su madre y, de paso, salir del armario. Por eso, lleva a Lance (Cooper Hopkins) a su pueblo natal, con la idea de cenar, dar su mensaje y volver a Nueva York en el primer ferry de la mañana.
5. Paranoia: Brian (Andrew Hide) soporta, como puede, a sus padres, republicanos enloquecidos, y se alegra de volver a ver por su pueblo a Fridda.


Al igual que sucede en Shaun of the Dead, y aunque parezca un asunto de perogrullo, el estallido zombie sirve para algo. No es un fin en sí mismo, sino que supone un revulsivo en las historias:

1. Política: el alcalde Burton intentará llevarse a su terreno la gestión durante la plaga zombie, sacando tajada política de ello, mientras que Cheryl, su rival, representará el sentido común (parece clara la ideología política del director, Kevin Hamedani).
2. Religión: el reverendo Haggis achaca, por supuesto, la invasión zombi al actual laicismo social, e intentará, de un modo “salvaje”, contribuir a su aniquilación.
3. Racismo: en cuanto el tema zombie salta a los informativos, se da por hecho que debe tratarse de un ataque terrorista. Fridda, iraní, será la primera en ser perseguida por sus vecinos más “republicanos” (iraní, irakí… a ellos les da igual, es extranjera y de Oriente Medio, con esto basta).
4. Homosexualidad: Tom y Lance sufren su condición sexual tanto a nivel metafórico –la conversión de la madre de Tom- como a nivel real… (la escena de la Iglesia, dejémoslo ahí).
5. Paranoia: Brian tiene la oportunidad de librarse del peso “republicano” de su familia gracias a esta situación inusual.

Pero no acaban ahí las cosas: el final de la película, el epílogo, es brillante y demoledor. Si bien, como se desprende de lo detallado hasta ahora, el punto de vista de la película es un poco partidista y sesgado –sí, lo es, pero lo cierto es que en los informativos están a la orden del día este tipo de cuestiones, por lo que, más allá del tópico, me las creo y las comparto en parte-, en la escena que cierra la película se supera cualquier ideología y concepción más tópica, salvando de la “quema” sólo a un par de personajes, mientras que el resto acaban siendo víctimas o del ambiente opresivo de un pueblo pequeño o del “american way of life”; esto es, en última instancia, lo que se quiere criticar.

Por tanto, me parece admirable la construcción de la película, lo bien pensado que está casi todo en ella, y el uso de tanto recurso narrativo con una intención muy clara: contar una historia con un mensaje y desde un punto de vista.

Sin embargo, la película es de bajo presupuesto, y se nota. Abunda la sangre y el gore, y aunque algunos efectos están realmente bien conseguidos, la mayoría de las veces “ves” el efecto especial (no lo ves, literalmente, pero me pasé toda la película suponiendo cómo estaba hecho, algo que no me suele pasar). Asímismo, todo el buen hacer y la sabiduría que han empleado para la construcción más teórica de la película, la arriba detallada, no se corresponde con la realización práctica de la misma. Hay poca elaboración en los momentos de terror, suelen tener un esquema bastante básico y repetitivo (una irrupción inesperada de un zombi) y, al final, cuando se hace recuento, se hecha de menos una gran escena, de estas en las que uno se quita el sombrero y exclama “¡momentazo!”. Respecto al sentido del humor, me parece lo más discutible de toda la función. Hay un par de chistes buenos, pero en muchas ocasiones se bordea el humor tonto o ridículo. A mí, personalmente, este tipo de coñas me hacen mucha gracia, pero creo que en este contexto, donde hay temas bastante serios y, sobre todo, inteligentes, lo único que se consigue es devaluar lo de alrededor.

Como valoración global, creo que es una película que vale la pena ver, con todos sus “peros”. Los fans de Romero agradecerán que estos zombis sean de su escuela: caminan lento y están podridos y, como en sus mejores obras, cuando llega el final descubres que los humanos son como los zombis, en el peor sentido de la palabra –suponiendo que tenga un sentido bueno. Y es un buen ejemplo de cómo con bajo presupuesto, sin pretender inventar nada, se puede contar una historia. Es cierto que aquí han estado a punto de superar con inteligencia la carencia de medios y no lo han conseguido, pero también lo es que han intentado disparar muy alto.


DREAD (El poder del miedo)

TITULO ORIGINAL: DREAD
NACIONALIDAD: USA-REINO UNIDO AÑO: 2009
DIRECTOR: ANTHONY DI BLASI
GUION: ANTHONY DI BLASI
INTERPRETES: JACKSON RATHBONE, SHAUN EVANS, HANNE STEEN




Otro relato corto de los famosos Libros de Sangre de Clive Barker llevado a la gran pantalla, y debut de Anthony Di Blasi detrás de las cámaras. El hombre que se postula como nuevo director para el remake de Hellraiser y otros proyectos de Clive Barker, se enfrenta a la prueba de fuego con Dread y no sale mal parado. Cierto es que nadie mejor que él conoce el universo de Clive Barker, puesto que ya trabajó como productor en otras adaptaciones de Libros de Sangre como The Midnight Meat Train y Book of Blood, pero el trabajo en este largometraje está bastante estudiado.

Dread cuenta la historia de tres estudiantes de filosofía que se embarcan en un proyecto audiovisual para la tesis de uno de ellos. Dicho proyecto intentará reflejar de dónde vienen los miedos de la gente, por qué tenemos miedo y cómo podemos enferentarnos a él, pero lo que empezó como un estudio, como un juego o como un entretenimiento, degenera en situaciones absolutamente límites cuando los entrevistadores son los entrevistados.

De la adaptaciones de Libros de sangre me atrevería a decir que es la que mejor refleja lo que Barker quiso plasmar en papel. A Di Blasi se le ha tachado de oportunista y de intentar estirar un relato que hubiera sido más efectivo como cortometraje (como le sucediera a Grace), pero el resultado final, desde mi punto de vista, es satisfactorio.

En el visionado de Dread podemos difrenciar dos partes (algo que viene siendo una práctica habitual en el terror moderno), una primera parte de presentación de personajes, quizá la parte en la que más falla Di Blasi, ya que su descripción de personajes para ponernos en situación es más bien floja y escasa (realmente casi no sabes quienes son, cómo son o qué relación hay entre ellos) y una segunda parte donde la insana fascinación por parte de Quaid con el miedo arrastra a todos los personajes a la búsqueda del lado más oscuro y perverso del ser humano.

Como mencionaba, es la segunda parte la que que determina el éxito del film. En esta segunda parte la tensión es tremendamente palpable, las reacciones ante el miedo de los demás y el propio tienen su propio proceso: duda, miedo, pánico, pavor y, justo antes de que se haya liberado toda la adrenalina, desesperación, que concluye con la rendición en unos experimentos terriblemente crueles (véase el experimento “vegetariano” de Cheryl o la intensa parte de la bañera con Abbey).

¿Vamos a encontrar gore en Dread? Pues el justo y necesario. Tenemos que tener en cuenta que estamos ante una película de terror psicológico, un terror al propio terror, por lo que las escenas sangrientas no abundan, pero tampoco decepcionan. Desde luego el trabajo de DI Blasi en este aspecto es acertado, ya que si pensamos en Clive Barker automáticamente nos vienen a la cabeza, cenobitas, monstruos, torturas, dolor y mucha sangre; y lo más fácil y efectista hubiera sido abusar un poco más de la hemoglobina para que todo el mundo saliera contento. Sin embargo, si nos enfrentamos a un dolor emocional, toda la carga de la película la tienen los actores y sus interpretaciones, y ahí es donde vienen de nuevo las pegas: el fichaje de Jackson Rathbone (más conocido por su papel del sosísimo Jasper Cullen en la saga Crepúsculo) para interpretar a Stephen. Bien, su actuación es una de las más inexpresivas que he visto en mucho tiempo (entiendo que puede ser un reclamo comercial para la película, pero es que este tío lo único que hace es abrir exegeradamente sus inmensos ojos sin pestañear y permanecer inmóvil, es como un árbol con dos grandes ojos…) y teniendo en cuenta que su actuación debería ser básica para el buen desarrollo del film, el resultado, amiguitos, es que si no te interesa mucho el tema, la primera parte de la película se hace lenta y algo pesada.

En algún momento del post he hablado de experimentos por lo que se nos puede venir a la mente Saw y sus pruebas; de hecho en algún momento yo sí pensé en la saga, pero a un nivel totalmente diferente: el hecho de enfrentarnos a nuestros miedos de manera forzada me parece un argumento suficientemente interesante y sólido como para obviar pequeñas cositas que en la película no andan muy finas.

Personalmente este tema me apasiona por lo que a mí no me molestó la primera parte de la película en absoluto. Además la atmósfera es sucia (que siempre se agradece) y percibes con claridad que la historia va degradándose más y más a medida que avanza el visionado, por lo que recomiendo Dread para pasar un buen rato acompañados y luego tratar el tema en una interesante discusión (¡que sin duda tendreis!).

PIG (vida cerda)

TITULO ORIGINAL: PIG
NACIONALIDAD: REINO UNIDO AÑO:2010
DIRECTOR: ADAM MASON
GUION: ADAM MASON Y ANDREW HOWARD
INTERPERTES: ANDREW HOWARD, MOLLY BLACK, GUY BURNETT




1º.- SESOS DE CERDO REBOZADOS CON SÉSAMO:

Como un escupitajo en todo el ojo de la industria cinematográfica, esta puede ser una buena forma de describir esta película y las intenciones del director ADAM MASON, además de ser, creo yo, la única manera de afrontarla sin sentirse horrorizado ni escandalizado ante la propuesta de PIG. Y es que no me extraña. Tras la larga lista de magníficos títulos destilados por el atípico (por lo concienzudo de sus planteamientos en un género tan previsible como el de terror) director británico, lo lógico hubiera sido un reconocimiento unánime por parte de la crítica (que lo tiene) y del público, que no le ha sido concedido, ya que la mayoría de sus películas pasan de Festival en Festival y luego directamente a la estantería de los videoclubs. Tiene que joder mucho, y frustrar aún mucho más que en todos los blogs y páginas de terror digan que eres un crack y que no puedas distribuir tus películas en condiciones. Por no hablar de lo perjudicados que salimos los aficionados al buen cine de terror. Ese que sobrepasa barreras, que juega con conceptos intangibles y los convierte en expresiones de puro terror, consecuente en sus planteamientos y eficaz con la casquería. Yo en su lugar hubiese hecho lo mismo, fuck’em!.

2º.- ASADURILLA AL ESTILO CASTELLANO

Una respiración entrecortada, pasos que denotan una carrera vacilante, cansada y desesperada. Oscuridad total. Vemos, de repente, la espalda de una chica joven vestida con una especie de pijama, manchado de polvo y sangre. Cuando le vemos la cara, no vemos ninguna esperanza, sabe que la huida es futil. Pronto aparece una pick-up, y en los ojos de la chica sabemos el porqué…y aquí comienza un impresionante plano secuencia de casi 90 minutos que te mantiene con los ojos fijos y las entrañas pegadas a la pantalla. Y es que el tipo que conduce es peligroso, mucho. Tanto que según atrapa a la chica le pega una somanta de cabezazos que la deja KO, la arroja al maletero y vemos como se la lleva a su granja particular. Bueno, por llamarle de alguna manera, ya que no hay más que una caravana desvencijada, un camping gas, una jaula que intuimos a lo lejos (es eso que se ve una chica embarazada??) y otra chica atada a un poste. Tras llegar a la granja le explica detalladamente lo que les pasa a los que quieren escapar. Por un momento yo me quedé un poco descolocado…¿no hay explicaciones?, ¿no son adolescentes estúpidos?, ¿no es previsible?, ¿no hay un porqué?…¿que coños es esto?. Me temo que vais a tener que descubrirlo vosotros/as solitos/as…

Pués una película como no hay muchas, por no decir única en su género. Ese maravilloso plano secuencia nos sumerge en la locura y depravación de un tipo maniático-compulsivo (¿cuántas veces se ducha?), sin ofrecernos ni un mero antecedente; nos situa como “espectadores privilegiados” de una masacre, que si ya de por sí no suelen tener explicación, esta aún menos.

Mención especialísima al habitual de las películas de MASON, “Andrew Howard“: que compone uno de los personajes más aterradores de los que he visto últimamente, por su aparente afirmación de que lo que está haciendo es lo tiene que hacer y su demoledora encarnación de alguien terroríficamente enfermo.

3º.-RACIÓN DE JAMÓN IBÉRICO 5 Jotas:

He leído alguna reseña en la que le acusan, únicamente por lo que he visto, de ser aburrida, lenta…no sé, supongo que es tan diferente de lo que vemos habitualmente que puede provocar esa sensación; pero es lo que tienen los planos secuencia, que son en tiempo real. No hay flashbacks, ni edición esquizofrénica, ni look MTV…solamente 85 minutos de tortura y depravación en directo; tanto que a veces parece que es una cinta snuff “editada” por algún psicópata. ¿Una puta locura?, a lo mejor, o tal vez como dijo aquel:

“La locura es un cierto placer que sólo el loco conoce.“
John Dryden (1631-1700)


SUICIDE GIRLS MUST DIE (muertas quiza no... pero desnudas si)


TITULO ORIGINAL: SUICIDE GIRLS MUST DIE
NACIONALIDAD: USA AÑO: 2010
DIRECTOR: SAWA SUICIDE
GUION: BRIAN FAGAN
INTERPRETES: AMINA MUNSTER, BAILEY SUICIDE, BULLY SUICIDE.


Suicide Girls (www.suicidegirls.com) es una comunidad virtual creada en 2001 que se caracteriza, principalmente, por ofrecer a su público material softcore con modelos femeninas que tienen un perfil góitico o punk (al menos esa es la información que ofrece la wikipedia al respecto).

Nació como una comunidad de “Fotolog” en la que “chicas malas”, con cierto aire intelectual, compartian sus fotos más sexys y sugerentes.
Hoy en día, casi diez años después de su fundación, Suicide Girls es todo un fenómeno a nivel mundial que sigue proporcionando lo que ha venido a denominarse “altporn” (porno alternativo) a sus miles de fieles seguidores, eso sí, previo pago de una cuota mensual.

En otras palabras: Suicide Girls se ha convertido en un enorme y lucrativo negocio del que Suicide Girls Must Die, la película que hoy nos ocupa, forma parte.

Con la excusa de la realización de un calendario, Suicide Girls must die reúne a una nutrida y selecta representación de las chicas suicidas bajo un mismo techo; una mansión aislada en mitad de un bosque.
A cada una de ellas se le adjudica una cámara de vídeo con la que deberán inmortalizar el día a día en el interior de la mansión. Una mansión que, a su vez, está dotada de una amplia red de cámaras de vigilancia que no pierden un solo detalle de todo lo que ocurre entre sus cuatro paredes.

Así es… todo está listo para que el Big Brother de jovencitas hermosas, tatuadas y dispuestas a mostrar sus generosas anatomías a la menor ocasión, dé comienzo. Una vez iniciado el juego, no falta de nada: escarceos lésbicos en el jacuzzi, alcohol, fiestas, los primeros encontronazos, las primeras envidias, y por supuesto todo un clásico en estas lides, las interminables sesiones de “confesionario” en las que las chicas se destripan unas a otras sin excesivos miramientos.

Y en mitad de todo este reality show venido a menos (cualquier resumen del Gran Hermano versión “made in spain” ofrece mayores dosis de cutrez, miseria y estupidez humana de lo que es capaz de mostrarnos Suicide Girls must die en sus 90 minutos de metraje), cada una de las suicide girls disfruta de su minuto de gloria en forma de sesión fotográfica en el que exhibir (y deleitarnos) con sus jóvenes, estupendos, completamente desnudos, rasurados y profusamente tatuados cuerpos.

Pero se supone que esto no es tan sólo una versión sexy-tatuada del Gran Hermano. Se supone que las chicas suicidas DEBEN MORIR. A poder ser de manera cruel y sangrienta. Quizás un tipo enorme escondido tras una máscara, o un ser deforme que habite en el bosque, o posiblemente un fan de las suicide girls algo pasadito de rosca… ¡qué sé yo!

En cualquier caso, olvidaos. No hay muertes, no hay sangre, ni siquiera un arañazo o una uña rota. Tampoco hay tensión, ni sobresaltos… ni nada. Acudí a Suicide Girls must die con la esperanza de disfrutar de chicas hermosas, desnudas, tatuadas y, finalmente, desangradas, decapitadas y convenientemente descuartizadas. Me equivoqué.
A las chicas las encontré – desnuditas y tatuadas -, el resto fue tan sólo producto de mi tórrida imaginación.

Suicide Girls must die no es un slasher al uso. En realidad ni tan siquiera se trata de una película de terror al uso. Suicide Girls must die es una simple operación de marketing. Una campaña publicitaria cuyo único objetivo es ofrecernos un aperitivo de lo que podemos encontrar en la página web de las suicide girls.
No me entendais mal, como ardid publicitario me parece una idea estupenda. Quiero suponer que los miles de fans de las suicide girls (entre los cuales no me encuentro) disfrutarán una barbaridad viendo a sus idolatradas y deseadas ninfas tatuadas sufriendo de lo lindo, mientras esperan su turno para despelotarse por completo ante la cámara.

Pero como ya he dicho anteriormente, yo no soy un fan de las suicide girls. Soy un aficionado al cine de terror. Y Suicide Girls must die no es cine de terror. Es otra cosa; así que la decepción – junto a importantes dosis de aburrimiento – fue el principal sentimiento que me invadió tras el visionado de la película.
¿Culpables? No tengo porqué buscarlos. Al fin y al cabo los responsables de Suicide Girls must die estaban cumpliendo con su obligación: mostrar a las chicas y promocionar la página web.
En todo caso, si de encontrar un culpable se trata, ese soy yo. Me equivoqué de producto.

Pese a todo ello no me resisto a señalar a mi suicide girl favorita, una pelirroja con cara de despistada que posa junto a un enorme oso de peluche, portando una escopeta de caza, y que se queja continuamente porque el mencionado oso de peluche no parece real… bravo.


BURNING BRIGHT


TITULO ORIGINAL: GATITO MALO
NACIONALIDAD: USA AÑO:2010
DIRECTOR: CARLOS BROOKS
INTERPRETES: BRIANA EVIGAN,GARRET DILLAHUNT,CHARLIE TAHAN


1.-UN TIGRE…

Lo primero que tengo que reconocer es que cuando leí el argumento de la película me dije: bufffff, y la guardé en la carpeta de PELIS PARA VER ESNUCAO; y es que me pareció un pelín rebuscado, un tigre de Bengala??, coño, con lo fácil que es contratar a 2 yonkos para que se encarguen de 2 chavales solos en una casa aislada… Pero me equivoqué de pleno, lo que en un principio parecía su peor handicap se convirtió en el verdadero acierto de la película: el uso de la imaginación para generar un nivel impecable de tensión.

Y es que en estos tiempos que corremos es más difícil encontrar un thriller original, sin caer en lo absurdo (White Wall), que un cura honrado. Sin necesidad de abusar de los efectos digitales, solo los justos y necesarios (uno de los pocos puntos flojos de la película: la falta de medios); sin recurrir a la casquería fácil, ni a las tetas gratuitas. Solo un decorado, 3 personajes y la madre naturaleza.

Otro de los grandes aciertos de la película, aparte del caracartón de Garret Dillahunt (menos expresivo que Clive Owen con parálisis facial), es el casting: tanto Briana Evigan, como el niño Charlie Tahan están perfectos como hermana mayor agobiada y superada por las circunstancias, y como niño con autismo severo, que por cierto es uno de los grandes aciertos del guión. A ello vamos.




2.-DOS TIGRES…

Kelly (Evigan) ya no puede más, toda su vida lleva estando mediatizada por la presencia de su hermano autista, especialmente desde que su madre falleció por un “presunto” suicidio con pastillas. No puede ir a la Universidad, no tiene vida social y el niño no la deja sola ni 10 minutos. Y para colmo va el capullo de su padrastro y se gasta los ahorros que tenía para la educación del niño en un puñetero tigre de Bengala (breve cameo de Meat Loaf) para su estúpida idea de montar un rancho-safari en mitad de la nada. Como cuando las cosas van mal, generalmente suelen empeorar, un huracán de los gordacos está a punto de llegar a la zona y su padrastro anda liado con unos carpinteros para que protejan la casa con madera laminada.

Y justo la noche en la que llega el citado huracán se tiene que quedar sola con su hermano y cuidar de él, ya que el padrastro se ha ido de farra. O eso piensa ella. Para no reventar las sutiles maniobras de las guionistas ( Christine Coyle Johnson y Julie Prendiville Roux) para manejar la trama, me limitaré a decir que pronto descubren que no están solos en la casa: hay un lindo gatito que lleva ayunando forzosamente 2 semanas suelto, y la casa está completamente sellada. No se puede salir ni entrar. Y quedan 75 minutos…

TRES TIGRES…

Salvando la falta de expresividad del “malo” y las escasas secuencias en las que recurren a los efectos digitales, esta es una de esas películas que se podría considerar una pequeña joyita dentro del panorama actual de thriller/terror actual. Tanto por la originalidad del planteamiento (a pesar de que pueda paracer un poco forzado al principio), como por la maestría con la que el director, CARLOS BROOKS, maneja sus pocos medios y un guión en apariencia complicado de resolver. Como curisidades os cuento que se emplearon 3 tigres de Bengala en la película (Katia, Schicka y Kismet), y que la canción que suena en los títulos de crédito finales está compuesta por el pivón, digooo, Briana Evigan….

STAKE LAND


En esta si que hay mandanga de la buena: zombies, vampiros, gore a mansalva, futuro post-apocalíptico, pivón, survival and the whole shebang. Al director, JIM MICKLE, le conocemos bien (o deberíamos), ya que firmó hace un par de años una de esas películas que incomprensilemente pasaron muy desapercibidas, y que a un servidor le gustó un montón, hablo de MULBERRY STREET, una versión muy diferente del tema zombie y a la vez una crítica abierta al enorme problema que tienen los habitantes de NY con las ratas. Os la recomiendo. Pero esta nada tiene que ver con ratas, si no con zombie-vampiros, o son vampiros-zombies??


También hay que reconocerque el planteamiento no es muy original, de hecho a mi me recuerda un poco a ZOMBIELAND, pero sin coñas. Nos situamos en un futuo no muy lejano en el que los EEUU se han colapsado por la ausencia de energías y materias primas, y de las cenizas surgen una especie de híbridos entre vamiros y zombies¿?¿?, es decir, vampiros más guarros que el palo de un churrero e igual de tontacos que los zombies habituales. La película sigue la historia de Martin (Connor Paolo), que se ha quedado solo entre la devastación, y Mister (Nick Damici) un cazavampiros más chulo que un ocho que protege al chaval en su huida hacia Canadá. Por el camino se iran encontrando con una serie de personajes (una monja, una adolescente embarazada y, como no, un marine). A pesar del cierto tufillo a topicazos, las críticas están siendo muy buenas, y a mi la mezcla de road movie, vampiros y apocalipsis me pone a sudar de la emoción!!!

PS: y todavía hay quien dice que este año Sitges reguleras…


Road Kill (Gasolina)

TITULO ORIGINAL: ROAD KILL
NACIONALIDAD: AUSTRALIA AÑO:2010
DIRECTOR: DEAN FRANCIS
INTERPRETES: BOB MORLEY, XAVIER SAMUEL, GEORGINA HAIG, SOPHIE LOWE




“Road Kill” cuenta la historia de dos parejas de jóvenes que están de viaje por el sur de Australia y, en medio de una carretera desierta, se pican en una carrera con un enorme trailer de dos cuerpos. ¿El resultado? El viejo coche de los jóvenes vuelca y uno de ellos, Craig (Bob Morley), se parte un brazo. Sin vehículo, en mitad de ningún sitio, los chicos se angustian hasta que avistan, a lo lejos, el enorme camión que les ha agredido. Detenido, unos metros adelante. Siendo, como es, su única esperanza, se acercan, a ver si consiguen hacer entrar en razón al conductor para que lleve a su amigo a un hospital…

Empezamos regular, ¿verdad? Si un loco con un camión gigantesco se lanza a por ti en una carretera, creo que por mucho que pueda ser tu única esperanza, es difícil encajar que estos chicos se acerquen a por él. Por tanto, en los primeros diez minutos de película, hay que hacer la vista gorda. Se plantea uno, por tanto, la siguiente cuestión: puede que no esté todo perdido. Puedo olvidar esto si lo que sigue es apasionante.

Marcus (Xavier Samuel) y Liz (Georgina Haig), la pareja indemne, van hacia el camión, mientras Nina (Sophie Lowe) se queda con el malherido Craig. Los jóvenes llegan hasta el vehículo. Está vacío. Las puertas delanteras abiertas. Del conductor no hay rastro. Además, las llaves están puestas. Suben, justo cuando a lo lejos, se divisa al conductor, que corre hacia ellos, disparándoles. Los chicos arrancan y recogen a sus amigos. Dejan atrás al conductor. Carretera adelante, ¡bien!, pueden salir de esa… pero hay algo raro en el trailer. En vez de la insignia de la marca, en el capó hay una pequeña figurita de un perro con tres cabezas que Marcus, el conductor, ha mirado fascinado durante un buen rato. Así, mientras todos duermen, Marcus intenta mantenerse despierto mientras algo, quizás ese extraño perro, aparece en su cabeza, vence su voluntad y le hace salirse de la carretera y tomar un camino sin salida. En ese punto, cuando los demás descubren que se han desviado de la ruta, comienzan los enfrentamientos entre ellos, las tensiones que hay bajo sus aparentes buenas relaciones, siempre a la sombra amenazante del camión…

“Road Kill” no disimula su inspiración directa, “Christine”, la novela de Stephen King. Pero, eso sí, la “personalidad” del coche del novelista americano es mucho más fascinante que la de este mamotreto. Si el plymouth era una suerte de novia celosa, el camión es un animal egoísta que sólo busca su sustento más básico. Y no tiene ningún reparo en utilizar a los jóvenes a su antojo, siempre “poseyendo” al que pueda saciar su instinto de un modo más inmediato.* Así, uno diría que un pilar básico de “Road Kill” debe ser, por tanto, la personalidad de sus cuatro protagonistas. Así debería ser, pero no lo es, y es una de las grandes carencias de la película. Los personajes apenas se mantienen. Marcus, Liz y Nina no cambian su registro en toda la hora y media. Marcus es guapo y un poco engreído, Liz está enamorada de Craig, y Nina es una chica entregada a su novio y buena (…hasta el extremo de ser tonta). Sólo Craig, sobre el papel, empieza de un modo (sexy, majo, bienintencionado) y acaba de otro (utilizando sus virtudes para manipular a los demás).


Eso sí, sobre el papel. Si hay un problema grande y decisivo en “Road Kill” es la labor de dirección de Dean Francis. Puede que los actores no sean los mejores del mundo, pero su batuta al mando es inexistente. El tono de la película también parece navegar sin rumbo fijo: en los primeros minutos, parece que estemos ante una película de Greg Mclean, también australiano y fascinado por la belleza negra y mórbida del entorno natural del país. Pero en cuanto la trama avanza, nos metemos de lleno en el terreno de la serie B –en el sentido malo del término-, aunque al final intente recuperar el pulso estético. A esto, hemos de sumar la planificación: no se sostienen momentos en los que, por ejemplo, Craig abandona el sitio en el que Nina le había dejado, y vemos a dónde se dirige. Posteriormente, Nina sale a buscarle, y no tiene ningún sentido ver cómo la chica mira en un lugar en el que sabemos, porque lo hemos visto, que Craig no está, y que el director nos ofrezca la réplica a la mirada de Nina mostrando el lugar vacío y enfatizando con música la supuesta sorpresa de que el chico no esté allí.

Por otra parte, en el tramo final de la película, se acumulan los sinsentidos y fallos de racord gordos –el trailer lleva dos contenedores, y el mismo interior se encuentra en uno y otro indistintamente. A esto hay que sumar el guión de Clive Hopkins: en tres ocasiones, un personaje, en un momento de tensión, se queda dormido (!!!) y despierta un tiempo después… tiempo que se necesitaba para colocar los elementos del siguiente tramo de la película. O el clímax, estirado hasta la extenuación para alcanzar los noventa minutos de película.

Puede que esté siendo duro. Pero es que da rabia porque, aunque no era original, la trama daba de sí. Y algunas cosas están la mar de bien resueltas –la presentación del mecanismo del camión, por ejemplo, dibujada en la pared de la que parece la guarida del conductor, o el motor del vehículo, una imagen no por tópica menos perturbadora-, por lo que da que pensar por qué otras no se han pensado del mismo modo. Además, hasta que llega el ya mencionado y estirado clímax, la película, a pesar de sus peros, no se ve mal del todo.

En definitiva, que podía haber estado bien. Y eso duele.


10 septiembre, 2010

EL CAFE DE LAS PESADILLAS

Nightmare Cafe (1992)
USA/60 min./Color/
MGM Television, Wes Craven Films
Temporadas:1
Directores:
- Armand Mastroianni
- Wes Craven
- Christopher Leicht
Guionistas:
- Thomas Baum
- Wes Craven
- John Leekley
- Barry Pullman
Productores:
- Wes Craven
- Thomas Baum
- Ronald Colby
- Joseph Patrick Finn
- John Leekley
Fotografia:
- Rodney Charters
- Mark Irwin
Montaje:
- Richard Francis-Bruce
- Partick Lussier
- Brad Rines
Musica:
- Richard S. Kaufman
- J. Peter Robinson
FX:
- David Gauthier
- William H. Orr
Reparto:
- Jack Coleman
-Lindsay Frost
- Robert Englund
----------------------
Una pareja sufre un accidente y despiertan en un misterioso bar nocturno en el que se les da la oportunidad de corregir los errores que cometieron en vida.
Con la ayuda de Blackie, el misterioso dueño del local, los protagonistas logran su meta y se convierten en los nuevos cocinero y camarera del lugar.
En este ámbito, la serie presentaba historias unitarias de terror a cada uno de los nuevos visitantes del "Nightmare Cafe".